viernes, 28 de noviembre de 2008


¡SÍ AL MERCADILLO!

Ayer se inauguró en Bilbao la nueva tienda de Lois Viutton por todo lo alto, con coktail incluido. Una fiesta en la que estuvo invitada la jet-set bilbaína y diversos famosillos que viven de acudir a este tipo de inauguraciones. Y nosotras, que por supuesto, no estábamos invitadas a la fiesta hoy vamos a ser defensoras de los mercadillos. De los múltiples puestitos que en plena calle y con la música de Camela de fondo o el grito de “Las Bragas de la Pantoja” nos animan el bolsillo y hasta el ánimo.

Los vendedores no han tenido que entregar ningún currículum ni pasar ninguna entrevista. Son vendedores por naturaleza, lo han visto en sus abuelos y en sus padres y tienen más gracia y salero que cualquier otro vendedor de una importante boutique.
Además te invitan a soñar y te dicen que estas comprando “to de mu buena calidad y de Custo señoras” y te dejan probarte. Incluso en el mercadillo de mi barrio, te lo puedes llevar a casa para probártelo mejor y si no te queda bien, no pasa nada, el martes se lo devuelves. Son gitanos y generosos, que una cosa no quita a la otra.

Aunque a nosotras nos gustan todos(los mercadillos claro) hay de muchos tipos. Los de barrio o pueblo son los más divertidos. Suelen ser una o dos veces por semana y te permiten pasearte, escuchar música de verbena, hablar con algún gitano, mirar los bolsos de imitación que acabas no comprando y mirar las batas de estar en casa, que sí acabas comprando.
Pero también están los mercadillos pijos. Parece imposible que la palabra mercadillo y la palabra pijo puedan tener alguna relación, pero en Ibiza la tiene y mucho. Allí podemos encontrar mercadillos hippies donde adquirir bolsos, pasminas o pareos con muchos colores y bordados diferentes. También podemos comprar todo tipo de bisutería de plata. Estos mercadillos son bastante guays, pero no tienen la esencia de los nuestros. Por tanto, pensamos que deberían de llamarse “pijadillos” que para mercadillos ya tenemos los de nuestros gitanos.

En fin, que la fiesta de ayer no nos da ninguna envidia. Disfrutarían de un buen coktail y se pondrían a comer mariconadas que ni ellos saben lo que son. Nosotras nos quedamos con un paseo por el mercadillo mientras te comes unas cebolletas o aceitunas que el gitano ha manoseado. Vale, así visto da un poco de asco, pero es tu gitano y tu barrio y no la tienda de noseque tío que esta a nosecuantos kilómetros de tu ciudad. Buf, algo demasiado frío para nosotras.

No hay comentarios: